Antes de nada, me voy a presentar. Mi nombre es Lydia. Me podría introducir con muchas de mis facetas, pero vamos a las relevantes a Chakrafullness. Soy una de las primeras almitas que decidimos asomarnos con curiosidad, y mucho vértigo, a formar parte de este programa en el que nos animaban a mejorar nuestras vidas alineando los chakras. ¡Toma locura!
Pues sí, pasamos el filtro de Lore, (la mentora más dicharachera de Barrio Sésamo), nos comprometimos con nosotros mismos a tomar las riendas de nuestras vidas, y el resto es historia 😉
El primer artículo para Chakrafullness que escribo, todo un honor sin duda. ¡¡¡ Allí vamos!!!
Y si empezamos, pues hagámoslo por el principio, con el primero de los chakras, Muladhara chakra. Conocido también como chakra raíz.
Está representado con el elemento tierra, por ser el más cercano a lo terrenal, a la supervivencia, a todo lo que implica las necesidades básicas como el alimento, tener un refugio, abrigo, el no ser asesinado por un mamut, ... ya sabéis, ese tipo de cosas.
El terror que te atraviesa cuando no encuentras el móvil, tiene su origen ahí (sí, al final lo tienes en la mano, o en el bolso que has mirado ocho veces, pero el momento terrorífico ya te lo has llevado).
El chakra raíz representa la energía del dinero, del hogar, de la nutrición, de sentirnos seguros y protegidos. Nos insta a cubrir las necesidades básicas para sobrevivir y nos empuja a ser ambiciosos en la vida.
Está relacionado con el miedo.
No nos equivoquemos, sentir miedo es necesario para sobrevivir, nos ha protegido de hacer locuras que nos podrían haber matado, pero todo en su justa medida.
Cuando la energía fluye de una forma balanceada, la persona se muestra segura de sí misma, de su capacidad para conseguir sustento, con seguridad financiera, y tiene ambiciones de una manera saludable.
Cuando la persona tiene un defecto de energía en el primer chakra, se nota en que está insegura, siempre preocupada, con miedo por si no tiene para comer, atemorizada por si no le llega para pagar, y vulnerable todo el tiempo.
También se puede ver en que ignora su salud, no se preocupa por lo que come. O tal vez lo demuestra quitando toda importancia a lo material.
Cuando la persona tiene un exceso de la energía en el Muladhara chakra, tendrá una ambición desmedida, comportamientos temerarios, obsesión por lo material, lo superficial.
A lo mejor lo muestra con trastornos con la comida, o con obsesionarse por el aspecto de su cuerpo, ya sea obsesión en el gimnasio, o en cómo se ve.
Estrés y miedo son las emociones conflictivas en el desbalance de Muladhara.
Yo creo que he tenido un poco de cada extremo del péndulo en diferentes etapas de mi vida. Empezando por los trastornos alimenticios desde la adolescencia, de la mano con la obsesión por el cómo me verían.
O ignorando mi salud, mayormente por el afán de tener que conseguir dinero para cubrir las necesidades básicas mías y de mi hijo, ahí tenemos un dos por uno.
Afán que también me llevó a tener comportamientos temerarios para conseguirlo.
E incluso llegué al extremo de proclamar a los cuatro vientos que lo material no era importante en mi vida, cuando me estaba dejando la piel para tenerlo. Un sinsentido, vamos.
Si me preguntáis, en qué me ha ayudado Chakrafullness respecto al equilibrio del primer chakra, os diría que a mantener a raya mis miedos.
No es que no los tenga, ni mucho menos, pero los tengo localizados.
Con las técnicas del programa he aprendido a identificarlos, los he analizado hasta darme cuenta de que todos mis miedos económicos eran imaginarios (no llegar a fin de mes, cuando siempre llego; no tener tiempo para hacer todo lo que quiero, cuando era mala gestión de mi tiempo y de a qué doy prioridad; no ser lo suficiente buena para merecer lo mejor, cuando lo soy, ¡obvio!).
El único real era no tener dinero para vivir sola... hasta que decidí que sí.
He aprendido a hacer las paces con el dinero, a ordenar mis finanzas desde el cariño, no desde el agobio y el estrés, y me he mudado sola. Strong and independent woman 😉
Uno de los ejercicios que me ha ayudado enormemente, aunque me ha costado, y estoy muy orgullosa de decir que lo he implantado en mi vida, ¡por fin!, es el hacer deporte a diario.
Sí, como lo oyes. Todo un reto (gracias Luara por empujarme a ello), con vídeos a mis compis, varias recaídas, mucho amor, y llegar a ver que el deporte es una OFRENDA DE AMOR hacia mí misma, no un castigo que me tenía que imponer por haberme comido un pastel de más, o porque no me
miraran al pasar porque no entraba en los cánones de belleza.
Una ofrenda que me ayuda a eliminar toxinas y limpiar mi templo, y con ello a eliminar miedos y traumas.
Que me da claridad mental.
Que me ha devuelto la confianza en mí, en mi poder personal, en mi capacidad de superación, de lograr cosas beneficiosas para mí.
Me ha demostrado que me sé cuidar yo sola.
Que pudiendo cuidar de mí, podré cuidar al resto.
Una ofrenda que me ha impulsado a soltar el querer tener todo controlado, porque eso no existe, admitámoslo no hay nada bajo control.
Por eso hay que estar siempre flexible y fuerte, como el bambú. Para mí el yoga, la danza libre y caminar, me conectan con mi cuerpo físico, y me elevan la energía.
Los tuyos pueden ser las artes marciales, o escalar el Himalaya, lo importante es desde donde lo hacemos.
Desde el amor, o desde el miedo.
Nos llenan la cabeza de inseguridades y miedos porque saben que eso nos mantendrá el primer chakra desequilibrado, y de esa manera será más sencillo controlarnos.
Por supuesto todo es un conjunto. Pero el primer paso para liberarte, lo das tú.
Con cariño, Lydia.